martes, 5 de enero de 2010

VIDA DE MO ZI



Al parecer, tuvo un maestro que le enseñó las doctrinas confucianas. Sin embargo, llegó a la conclusión de que el confucianismo tal como se practicaba en su época no resolvía los males que aquejaban a la sociedad. Para Mo zi: «Los principios de los confucianos arruinan todo el mundo de cuatro maneras: 1) Los confucianistas no creen en la existencia de Dios o de los espíritus, con el resultado de que Dios y los espíritus se irritan. 2) Los confucianistas insisten en los funerales elaborados y en la práctica de tres años de luto a la muerte de uno de los padres, despilfarrando así la riqueza y la energía del pueblo. 3) Los confucianistas insisten en la práctica de la música, con idéntico resultado. 4) Los confucianistas creen en un destino predeterminado, haciendo que el pueblo se vuelva y se resigne a su destino».
Mo zi era un asceta exigente consigo mismo, de vida frugal y vestimenta escueta, mostrando con su ejemplo la doctrina que predicaba.

La doctrina de Mo zi

El amor universal

Como remedio para los males que aquejan a la sociedad, Mo zi propone lo que él denomina «amor universal». Pensaba que cada individuo debe amar al prójimo, sin hacer distinciones. El gobernante debe alentar a los seres humanos y estimularlos a poner en práctica el amor universal; por otra parte, debe tratar de hacerlos entender que es beneficioso, y en su propio interés, que sigan ese comportamiento.

El Cielo y los espíritus

Tanto el Cielo como los espíritus son esenciales; éstos intervenían en los asuntos humanos para sancionar las acciones perversas.
Asimismo Mo zi ofrece diversas demostraciones de la actuación del Cielo. Para probar la existencia de los espíritus cita algunos ejemplos en los cuales se suponía que éstos habían intervenido decisivamente en castigar conductas perversas y en premiar las honradas.
Al parecer, Mo zi trataba de devolver al pensamiento filosófico un componente que ya había sido remodelado por Confucio, pero que evidentemente tenía entre la población un papel mucho más relevante que el tipo de ideas que Confucio había puesto de relieve.

Sobre la guerra

El libro de Mo zi no escatima condenas contra la agresión armada. La guerra es totalmente condenable desde un punto de vista moral. Además de ser injusta, la guerra no presenta ninguna ventaja, sino todo lo contrario, resulta un mal negocio. En la guerra pierden los dos bandos; las guerras no benefician a nadie.

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