“El vigilante del trigal”
De cara al océano, la tibieza de la primavera abre las flores
desde mañana, me haré un hombre feliz
alimentaré caballos, partiré leña, recorreré el mundo
desde mañana, me preocuparé por los cereales y las verduras
yo tengo una casa, de cara al océano, la tibieza primaveral abre las flores
desde mañana, me cartearé con cada pariente cercano
les diré a ellos mi felicidad
el destello de aquella felicidad me lo dirá a mí
yo se lo diré a cada persona
le daré a cada río a cada montaña un tibio nombre
al desconocido, yo también te bendeciré
deseo que tú tengas un brillante porvenir
deseo que tú tengas enamorada que por siempre sea tu familia
deseo que tú logres felicidad del polvo del mundo
yo sólo deseo estar de cara al océano, en la tibieza primaveral que abre las flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario