martes, 1 de diciembre de 2009
PASION DEL SOL NACIENTE
El viento sopla/
en el desierto/
y borra",
escribió Laura Maceira.
Es haiku experimental, poesía japonesa al fin. Pero escrita POR UN PERUANO
La cultura japonesa seduce a los peruanos permanente, su exotismo llama la atención más allá del sushi, el manga y el animé. Ahora es la literatura japonesa la que fascina, provoca y convoca a lectores fans que agotan las ediciones de escritores como Haruki Murakami o Banana Yoshimoto y hasta se inician en el estudio del japonés con la secreta ilusión de leer en la lengua original. Y hay también lectores que, reflexivos y obsesivos, indagan en los orígenes de la letra japonesa, van en busca de otros autores y libros que hablen del Japón perdido.
Hay algo de desconcertante en el trazo japonés. Y no sólo es una cuestión de fina y elegante caligrafía, lo es también el resultado de las tramas de las novelas japonesas, de esos relatos que por momentos son nebulosos y donde los recuerdos se turnan con el realismo para tejer una trama en una zona donde la porosidad de la frontera entre la vida real y la imaginada se agudiza y el relato, agitado, al fin fluye. Esas imágenes poco claras suelen armar historias fascinantes que, sin duda, seducen en un primer acercamiento desde la rareza. Japón todavía es un país exótico a los ojos occidentales, y esa característica es la puerta de entrada para adentrarse en una cultura tan compleja como atractiva.
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