El haiku evoluciono en la era Tokugawa, mas particularmente después de Bashô (1643-1694).
Fue un gran viajero y amante de la naturaleza.
"Un viajero..
conózcase así mi nombre
Esa lluvia otoñal."
Bashô dejo varios comentarios de como había que ver y sentir el mundo para que el haiku brotase por si solo, uno de ellos es este que ha llegado hasta nuestros días, "para escribir haiku, búsquese un niño de un metro de alto", sus poemas tenían el asombro que encontramos en los niños, cuando ven algo nuevo, con sorpresa.
Tu enciendes el fuego,
te mostrare algo lindo
¡Una gran bola de nieve!
Si algo hay que agradecer a Bashô, es su manera sencilla de escribir, evitando el lenguaje literario e intelectual, con lo cual creo su estilo que hizo posible que la gente del pueblo fuera poeta. Devoto al Zen tiende a expresarse en un tipo de poesía totalmente afín al espíritu del wu-shih: "nada especial".
¡Que admirable!
no pensar "La vida es fugaz"
al ver el relámpago.
El haiku percibe las cosas en su "ser tal" y sin comentario, concepción del mundo que los japoneses llaman sono-mama: "Tal como es", o simplemente así".
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