lunes, 14 de diciembre de 2009


Uejima Onitsura (1660-1738)




Obedecer
aun las flores silenciosas
al oido interior.






Onitsura, no reconocido como uno de los grandes maestros, pero no por ello menos importante ya que formo su propia escuela del haiku, muy distinguido en la era de Edo, a finales del siglo XVII.
Nació en el seno de una familia noble, en la prefectura de Itami(Hyogo) en el primer año de Kanbun,1661.
Fue discípulo de Nishiyama Soin pero viajo a Osaka durante los años de Enpo y desarrolló su propio campo, después de varios años de estudio, para alcanzar la fase que Basho logró después.
Él era un hombre apacible y sincero, amigo de Konishi Raizan.
Él respetó a Bashô y llamó en él preguntar después de su salud unos días antes de que Basho se muriera.
A los 73 años decide hacerse bonzo, dejando su camino de poesia.
Muere a los 78 años.


Tumba
de
Uejima Onitsura















Una frase de Onitsura:
"Fuera de la verdad no existen haikai"





Un viento fresco.
Llenando el firmamento,
voces de pinos. Para conocer la flor del ciruelo,
tanto el propio corazón
como la propia nariz.
Día de primavera,
gorriones en el jardín
bañándose en arena.
El ruiseñor,
posado en el ciruelo
desde tan antiguo.

Sueños sin rumbo;
en páramos quemados,
la voz del viento. Frente al jardín
han florecido, blancas,
unas camelias.
El ruiseñor,
posado en el ciruelo
desde tan antiguo. Sueños sin rumbo;
en páramos quemados,
la voz del viento.
Sueños sin rumbo;
en páramos quemados,
la voz del viento. La tortuga del lago
mueve el loto y se escucha
como la roza... swsw
El jardín silencioso.
Donde la camelia,
ofrece su blancura.
La campana lejana
¡Cómo oscila su pasada
en la neblina de verano!
Esas flores de primavera
con el orificio de la campanilla al cielo
miran al horizonte Oh que verdes son
las ramas del sauce
en las aguas que pasan
Aquí agua
y allá agua.
Las aguas de la primavera Una trucha salta
y las nubes se agitan
en el cause del torrente
Cuando los cerezos florecen
Las aves tienen dos patas
Y los caballos cuatro El cerezo perdió sus flores
y vuelve la calma
en el Templo Enjoji
Los esqueletos
Vestidos de seda
Contemplamos las flores Esa montaña lejana
A donde el calor del día
Se fue
Este día de invierno
hace calor al sol.
Pero frío A la primavera
las ranas croan
y en verano ladran
La alondra se estira
y se deja caer.
Si verde es la cebada No hay lugar
donde botar las aguas servidas
y el ruido de los insectos
¿Quién no,
tomará pluma.
ante la luna de hoy? Miranando la luna de otoño
sin un niño
en mi rodilla.

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