lunes, 14 de diciembre de 2009

OTOMO OEMARU (1719-1805) S. XVIII

El viento disminuye
Las montañas se ven
Y ahora la rana.





La bola de nieve
al fin
es inmensa.

Me dejo rodear
Como el Buda
Por los mosquitos del equinoccio.


A quien la persigue
La luciérnaga
Ofrece su luz.

Los melones.
Por ellos lo reprimí el año pasado
y hoy los ofrezco a su espíritu.

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