El viento disminuye
Las montañas se ven
Y ahora la rana.
La bola de nieve
al fin
es inmensa.
Me dejo rodear
Como el Buda
Por los mosquitos del equinoccio.
A quien la persigue
La luciérnaga
Ofrece su luz.
Los melones.
Por ellos lo reprimí el año pasado
y hoy los ofrezco a su espíritu.
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