miércoles, 2 de diciembre de 2009
MATSUO BASHO: OKU NO HOSOMICHI
El santuario de Shiogama
En la madrugada fui al Santuario de Shiogama. Reconstruido por el actual Gobernador, sus columnas son suntuosas y pesadas; las vigas de la techumbre relucen pintadas de colores brillantes y los peldaños de su escalera de piedra se repiten hasta perderse de vista. El sol temprano chisporroteaba sobre las balaustradas de laca roja. Me impresionó que en rincones tan apartados de este mundo manchado, la devoción a los dioses estuviese tan viva. Esto es algo muy de la tradición de mi país. Frente al santuario hay una antigua linterna con una pequeña puerta de hierro que dice: “Ofrenda de Saburo Izumi, año tercero de Bunji” (1187). Cómo sería todo esto hace quinientos años… Este Izumi fue un guerrero valiente, fiel y leal; su nombre aún es venerado y todo el mundo lo recuerda con amor. La verdad de los clásicos resplandece: “Leal a tu ley y a tu palabra: la fama te seguirá”. Cerca ya del mediodía, tomamos un barco que nos condujo a Matsushima, que está a unos dos ri de distancia, y desembarcamos en la playa de Ojima.
...y los peldaños de su escalera de piedra se repiten hasta perderse de vista...
...Frente al santuario hay una antigua linterna con una pequeña puerta de hierro que dice: “Ofrenda de Saburo Izumi, año tercero de Bunji” (1187)...
Basho lo visitó el 9 de Mayo de 1.689.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario