martes, 21 de diciembre de 2010

SOY UN ANIMAL



Últimamente entras como
si respirar se te enquistase.
Cierras la puerta tratando
de aplastar el acoso de este
rosario de días apócrifos.
Jadeas, blasfemas en
idiomas de ultratumba.
Cruzas el patio arrojando
las llaves y el bolso sobre
la mártir y desconchada
mesa de la cocina.


Desde el sofá del salón
te adivino en tus quejas.
Finjo estar dormido
esperando infectarte con el
sosiego de la inconsciencia.
Pasas de largo, subes las
escaleras como escapando
del averno. Abres la puerta
corredera del baño, la cierras,
silencio, oigo el agua
precipitarse por el bajante,
En vez de pensar cómo
socorrerte, sólo me pregunto
qué parte de tu cuerpo estará
inundando, y si te importaría
saciar mi vagar por el
desierto de tu piel ausente.
Por más que la evolución
intente incitarme a razonar,
lo sabes, el animal que me
provocas siempre vence.

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