viernes, 4 de diciembre de 2009

TU FU


EL AZOR PINTADO

Sobre la blanca seda

surgen viento y escarcha:

admirable pintura la de este azor.

Presto a cazar una astuta liebre, alza las alas,

y, de perfil, sus ojos parecen los de un mono afligido.

Si se soltara el cordelillo de seda

que lo ata al brillante palo

en lo alto del ventanal,

a la espera del silbido para emprender el vuelo;

si le dejaran ya

atacar a los pájaros comunes,

plumas y sangre se esparcirían por la vasta pradera.

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